En primer lugar, nos encontramos con tres
tipos de mampara según su método de apertura:
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Correderas. Gracias a su sistema hace que no le quite espacio al cuarto de baño y
por lo tanto son muy prácticas.
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Batientes. Su método es tanto hacia dentro como hacia afuera, aunque en algunos
casos están diseñadas para ir en las dos direcciones.
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Panel fijo. Con el panel fijo la ducha no tendrá puerta, por lo tanto, será más
práctico y fácil de limpiar, aunque tiene más probabilidades de que el agua
salga fuera de ella.
El espacio que vas a necesitar también
es un punto destacado, ya que podrás poner un tipo de mampara u otra, y además
servirá para saber si poner puerta batiente o no.
El tipo de cristal es importante por la
sensación de intimidad y claridad que va a dar. Si la intimidad es algo que no
quieres tener en cuenta podrás poner un material 100% transparente, en cambio
si quieres todo lo contrario deberás escoger el material traslúcido.
Si no quieres llenar de agua todo el baño, la medida
de la mampara será más alta ya que cuanta más altura, menor serán las
salpicaduras.
Finalmente, otro elemento en el que fijarse es
el espacio de la ducha. De esta manera sabremos que medida y colocación
de la mampara es ideal para tu baño.
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Si es una ducha larga,
elegiremos una única mampara fijada en lo largo.
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Si es una ducha de forma
cuadrada, podremos poner una que tenga puerta abatible y de esta manera
evitar salpicaduras, ya que debido a su forma tan reducida es más probable que
suceda.
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En el caso de los cuartos de
baño grandes, podremos hacer de la pared un elemento clave, ya que de esta
manera ahorraremos espacio.