El
baño es una de las estancias de la casa que más accesorios necesita. La mayoría
cumplen una doble funcionalidad: por una parte, el uso al que está destinado el
accesorio en cuestión y, por otra, la función decorativa, pues con ellos se
puede renovar la estética de un baño.
Los accesorios del baño pueden ser de dos tipos: de sobreponer o fijados a la
pared (ya sea con un adhesivo o taladrados a la superficie). En cualquiera de
los dos casos, la elección de su colocación depende de los gustos personales y
del uso que se vaya a hacer de cada uno.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de accesorios de baño? Se trata de todos
los elementos que tienen una función en el baño y que, simultáneamente, le dan a
la estancia un estilo. Son los toalleros (ya sean radiadores toalleros o
tradicionales), los dosificadores de jabón o gel, los vasos de cepillos, la
jabonera, el portarrollos de papel higiénico, la escobilla y su soporte, las
perchas para colgar prendas como el albornoz…
El material del que estén compuestos determinará el acabado. Por ejemplo, los
accesorios en latón son ideales para conseguir un baño clásico mientras que el
aluminio y el metal se reservan para baños modernos. Los de cristal y los
cerámicos son muy elegantes y sofisticados, pero más frágiles que el resto, por
lo que no se recomienda su uso en baños que utilicen niños, para quienes hay
accesorios con motivos infantiles.
Los espejos son fundamentales para iluminar el baño. Hay infinidad de modelos:
antivaho, retroiluminados (con luz en el interior del espejo, sin el aplique
tradicional), con LED, con aumento, con MP3 o reloj digital, o incluso
inclinables, ideales para personas con movilidad reducida.
En definitiva, solo cambiando los accesorios se puede renovar el cuarto de baño
y hacerlo más moderno o rústico, o más divertido para los niños.
DOS EN UNO: ACCESORIOS DE BAÑO ÚTILES Y DECORATIVOS
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