El baño es una de las estancias más
utilizadas en un hogar. La calidad de sus elementos –muebles, grifería, zona de
ducha- debe primar por tu seguridad, ahorro y tranquilidad. Y eso se consigue
con primeras marcas que garanticen un servicio bueno.
La mala grifería supone un despilfarro
de dinero y energía. Ya lo dice el refrán: lo barato sale caro. Un mal grifo o
inodoro que pierde agua supone un despilfarro enorme (si un grifo gotea, se
derrochan más de 30 litros diarios). Los aireadores y grifos termostáticos
ahorran agua y energía porque tardan menos en dar agua caliente a la ducha, por
ejemplo.
-Merece la pena invertir en un buen inodoro con doble descarga (con una carga
de menos litros cuando no sea necesaria tanta agua) por el ahorro e impacto
medioambiental.
Las mamparas –tanto de bañeras como de
duchas- son un elemento básico tanto por la funcionalidad que tiene como por la
estética que aporta (más o menos, transparente o translúcido).
Las mamparas llevan una serie de
accesorios, como los rodamientos. Los rodamientos son piezas que sufren mucho
desgaste, puesto que permiten la apertura, el cierre y, en general, el
movimiento de la mampara. Si esos accesorios son de mala calidad, no solo
deberán cambiarse antes, sino que puede provocar la rotura completa de la
mampara. Optar por unos rodamientos inadecuados es malo y perjudicial, ya que
obliga a forzar la mampara y puede romperse.
Las mamparas son cristales que tendrán
mejor acabado, si son de calidad. Las mamparas con un acabado barato pueden
oxidarse y quedarse con restos de cal en el cristal.
En conclusión, ¿de qué sirve ahorrar en el precio inicial de los productos, si
a la larga tendrás que gastar más dinero en su uso y sus recambios? Con los
elementos adecuados se puede ahorrar un 50 % del agua de casa.