El eterno debate
sobre si debemos poner bidé o prescindir
de él siempre está presente cuando se diseña un baño o se reforma. Hay quien
no puede vivir sin él, en cambio, otras personas lo consideran un estorbo, un
artilugio que solo ocupa espacio, aunque ahora ya no sea así. Y te explicamos
por qué.
Una de las principales ventajas del bidé son sus
utilidades, es muy práctico y útil para la higiene íntima del día a día
además de que se gasta mucho menos agua que en la ducha. Su mayor inconveniente
antiguamente era que quitaba centímetros al baño. Pero esa excusa ha
desaparecido gracias a los nuevos modelos como In-Wash® de Roca o AquaClean
de Geberit. Son inodoros bidets que ofrecen la tecnología más simple e innovadora para una limpieza, confort y
cuidado total. Además, su diseño
minimalista e intuitivo con geometría sencilla y su instalación sin cables
a la vista lo convierte en altamente estético y perfectamente adaptable a las necesidades individuales de
las personas, sea cual sea tu estilo de vida.
Sin duda alguna,
cada uno tiene sus gustos y necesidades. La idea de instalar o no un bidé es algo muy personal que debe valorar cada uno.
Debemos tener en cuenta nuestras necesidades y valorar cada una de las
opciones. Aunque sin lugar a duda, tenerlo
suma comodidad para el día a día.