Las mamparas han evolucionado hacia una variedad impensable con diferentes formatos, aperturas y funcionalidades, ya que no todos contamos con el mismo espacio o distribución de baño. • Mamparas correderas: Es el modelo más popular. Tiene las puertas colocadas sobre unas guías que hacen que puedan deslizarse, hay las puertas correderas simples o dobles. Una de sus ventajas es que ocupan poco espacio y el sistema es sencillo. Se adapta a todo tipo de platos de ducha y bañeras, y a más, nos ofrecen una estanqueidad realmente buena. • Mamparas abatibles: Sus puertas descansan sobre bisagras que nos permite abrirlas para afuera o para adentro dependiendo de las dimensiones de la ducha. Este tipo de apertura de mamparas de baño es realmente cómodo y funcional, pero se recomienda en baños de amplias dimensiones o despejados. Son idóneas para personas mayores o con una movilidad reducida. • Mamparas plegables: Sus hojas se doblan sobre sí mismas como un acordeón y no necesitan espacio extra para abrirlas. Por lo tanto, son ideales para baños pequeños, puesto que cuando se abren no ocupan ningún tipo de espacio hacia el exterior. • Mamparas fijas: Consta de un panel de cristal fijo (o uno fijo y una puerta corredera o abatible), sujeto a la pared, y que deja un hueco de entrada abierto por el lateral. Son idóneos para platos de ducha, y dan un toque elegante al baño. Por lo tanto, podemos ver que es importante saber los diferentes tipos de mamparas que hay, para escoger el que mejor se adapte a nuestras necesidades o a nuestro espacio.